martes, 6 de mayo de 2008

Efervescencia del racismo en Puno contra Hernán Fuentes

A cualquier persona que interrogáramos sobre el racismo nos señalaría, con casi total seguridad, hechos ejemplificadores del mismo como el practicado en los EE.UU. contra la población afroamericana, especialmente durante los años 50 y 60 del siglo XX. Se citaría del régimen de apartheid practicado en Sudáfrica por parte de la minoría blanca. Saldrían otros ejemplos históricos pero, casi todos ellos, con el denominador común de considerárseles superados, aunque reconociendo la existencia de un racismo latente que se muestra de forma puntual en diferentes expresiones de violencia.
Sin embargo, en los últimos tiempos sale a la luz un racismo practicado por centurias pero, permanentemente ocultado. Incluso a día de hoy sigue siendo invisibilizado en gran medida. Me refiero al sentido y practicado por importantes altos estratos políticos y económicos en el continente americano contra los pueblos indígenas y que tiene ahora su punto álgido y más visible en las actuaciones recientes de la oligarquía blanca boliviana contra la mayoritaria población indígena de ese país, como también el que se practica aquí en nuestra region de Puno.
Durante trescientos años de colonia española ese racismo y marginación permanente se llevó adelante de forma brutal; con el llamado proceso independentista y la proclamación de la república se inicia una fase de casi doscientos años en los cuales se proclamaba que la marginación de la mayoría indígena había desaparecido. Así se ha tratado de mostrar a través de diferentes medios y los libros de historia presentan la independencia como la eliminación del poder colonial y, por lo tanto, el fin de la discriminación anteriormente practicada. La realidad es más terca y a poco que se revise esa historia se nos muestra en toda su crueldad.
No es hasta la revolución de Juan Velasco Alvarado cuando la población indígena en nuestro país, junto con las mujeres, ven reconocidos sus derechos ciudadanos; hasta ese tiempo incluso pies indígenas no podían pisar las plazaa centrales de muchas ciudades costeñas e incluso la plaza principal de Lima, donde se ubican todavía hoy el poder legislativo, el ejecutivo y el religioso católico. Pero a pesar de ese, y de otros, reconocimientos la situación de marginación permaneció viva y se traslucía en el permanente control y acaparamiento de los poderes políticos, sociales y económicos en manos exclusivas de la minoría blanca. Esta discriminación se reproduce en Puno de manera soterrada y oculta, a pesar de ser nuestra region mayoritariamente campesina.
Enero del 2007 marca en nuestra region de Puno el momento de la ruptura de este largo proceso. Las mayorías indígenas y mestizas llevan a la presidencia de la región a uno de los suyos, a un líder popular, de origen quechua Hernán Fuentes Guzmán. Se rompe con el colonialismo psicológico que impedía concebir en las mentes indígenas esa posibilidad cierta de que uno de los suyos pudiera ejercer el gobierno de la region Puno. Y se abrían así las puertas para romper definitivamente con toda una sería de medidas, normas y valores explícitos e implícitos y poder realmente desterrar la marginación y exclusión largamente sufrida. Recientemente esta realidad, en un primer momento aceptado a regañadientes y con estupor por los grupos de poder Puno, se trata de cambiarla a punta de mentiras y calumnias. Mentiras, manifestadas y escritas con la mayor desfachatez pretenden imponerse dentro de las mentes y el ser colectivo del pueblo puneño, y uno de los elementos más utilizados por los grupos de poder puneño y sus medios de comunicación es el racismo.
El ejercicio del poder en manos indígenas (funcionarios) ha sacado a la luz el racismo semioculto de los grupos de poder Puno que además siempre a conformado tambien la clase polìtica de Puno. "Demócratas" y "buenas gentes" mientras controlan los poderes políticos y económicos, golpistas, odiosos y racistas cuando han visto peligrar ese control. De esta forma, la hasta ayer tan proclamada gobernabilidad, apoyo a las comunidades campesinas, defensa de la cultura quechua aymara se han hecho añicos cuando los dueños de Puno han visto que la actual gestion regional va en contra de sus intereses económicos.
A esto debemos sumar que los grupos de poder de Lima y particularmente el partido Aprista operan pùblicamente y con todo el poder a su favor, a fin de conseguir la desestabilización del actual proceso de transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales de vive Puno.
En este proceso insultos escandalosamente racistas se arrecia contra el presidente regional como nunca antes se habia visto contra político alguno, por muy corrupto que este fuera, esta campaña está siendo acompañado de una campaña de acciones cada día más agresivas y coercitivas contra los sectores indígenasy populares que apoyan al Presidente regional, las cuales se concretan en los ataques, mentiras y calumnias incluso de corte fascista por parte de los grupos de poder de Puno y sus clases política perdedoras conjuntamente con sus medios de comunicación. La práctica totalidad de los medios de comunicación, también controlados por ese mismo sector, olvidaron cualquier atisbo de objetividad y se han convertido en un instrumento más de esas mismas campañas.
Pero la pregunta clarificadora es qué se esconde detrás de este racismo, ya no latente sino, una vez más, explícitamente ejercido contra el presidente regional de Puno. El fin del ciclo neoliberal más ortodoxo del continente americano, que abocó a la miseria a más de la mitad de la población de nuestro país durante los últimos veinte años, no es aceptado por esas poderosas minorías. Y ahora los valores democráticos hipócritamente defendidos mientras controlaban el poder, se disuelven como un azucarillo en agua cuando, precisamente a través de los instrumentos de la defendida democracia representativa, los pueblos indígenas y otros sectores sociales les desalojaron del poder.
Aquellos que han convocado a esta guerra mediatica son quienes se oponen sistemáticamente al programa popular que lleva adelante por el actual gobierno regional de Puno. Todo ello en la pretensión de recuperar los privilegios disfrutados durante décadas. Con Hernan Fuentes se está alcanzando una propuesta de carácter nacional que pretende definir el rumbo del Perú a través de la definición de una nueva Constitución que proclame a nuestro país como un estado Federal, plurinacional y democrático, que defienda su soberanía, sus recursos naturales y los derechos de los pueblos indígenas. Esto es lo que lo sgrupos de poder de Puno y sus periodistas no aceptan, pretendiendo desencadenar un conflicto que pueda hacer fracasar este proceso, les devuelva el poder político y económico perdido y de nuevo coloque a “la indiada” en el lugar que estuvieron los últimos quinientos años, en servidumbre de quienes todavía hoy se consideran raza superior.

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