Globalización

La globalización se inició en el siglo XVI con premisas tales como: 1) los descubrimientos geográficos, 2) el desarrollo del comercio mundial, 3) el colonialismo (España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra se reparten América, Asia, África y Oceanía generando un genocidio de 300 millones en tres siglos), la revolución en la técnica (brújula, imprenta, armas de fuego, timón de codaste, etc.) y en la ciencia (Copernico, Kepler, Galileo, Descartes, Newton, Darwin, Einstein), 5) la Reforma Protestante (Lutero, Calvino, Enrique VIII y otros), 6) las Revoluciones Burguesas (decenas en Europa Occidental, destacando la revolución en los Países Bajos, en Inglaterra y en Francia (Godechot)), 7) La Revolución Industrial.
Este conjunto de procesos históricos dio origen al monstruo apocalíptico: el Capitalismo. No la graciosa tesis de Weber, referente a la ética protestante, caricatura de análisis teológico.
El genio de la humanidad: Carlos Marx preciso en 1867 de que “el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros desde la cabeza a los pies”, (El Capital Tomo I, Cap. XXIV). El contexto del análisis necesariamente tiene que ser a la vez histórico y económico. No se puede desligar la economía de la historia, formular separaciones entre ambas ciencias significaría anular la comprehensión, la intelección de la sociedad.
La especialización y superespecialización ha establecido líneas de separación, generando comportamientos estancos, generando nebulosidades conducentes a los trabajos de la Escuela de los Annales, en que la historia ha devenido en “investigar” la vida privada, la vida sexual, la moda, la comida, la bebida, los perfumes, etc. y otras “exquisiteces” de la pequeña burguesía diletante, fatua, vacía, petulante, presuntuosa, presumida, vanidosa, cosificada, reificada, alienada, que pierde totalmente la visión de los procesos históricos, olvida adrede que toda la historia de la humanidad —que según el genio de Marx— no es sino la historia de la lucha de clases, ejemplos esclavos versus amos, siervos versus señores feudales, burgueses versus proletarios (Manifiesto Comunista).