miércoles, 2 de abril de 2008

Región Puno en Transformación

No estamos más en la época de una izquierda destructiva, sino en la de una izquierda que pueda crear alternativas. Para eso es fundamental la organización popular. Hoy, sin ella, ninguna alternativa es posible. Es lo que muestra Venezuela, donde el presidente Chávez ganó ocho procesos electorales, siendo confirmado democráticamente. Él consiguió vencer porque el pueblo se fue organizando.
El aparato institucional de la Región Puno fue heredado y es burocrático, ya sea en las gerencias como en los gobiernos provinciales y municipales. Ese aparato dificulta la materialización de un proyecto de una Región diferente y transformador.
Para avanzar en las medidas sociales, resolver los problemas más agudos del pueblo como pobreza, analfabetismo, educación y salud, el gobierno regional tiene que crear misiones, espacios de actuación unidas al pueblo movilizado. Esa sería la manera de atender gente que nunca fue atendida, ya que las burocracias son estructuralmente incapaces de hacerlo.
Con un esquema viciado es imposible cumplir todas las tareas sociales. El presidente Fuentes tiene que implementar nuevas formas de organización de las gerencias y organismos estatales a su cargo. En esos, el pueblo organizado tendría que tener una activa participación, tanto en la fijación de las metas locales como en el control de las tareas.
Nada de eso es posible sin que el pueblo se organice y presione. El pueblo tiene que ayudar y el gobernante debe aceptar la presión popular.

¿Cómo enfrentar al poder mediático de sectores de prensa mercenarizada?

Las fuerzas progresistas no tienen cómo competir con los medios de comunicación que se han acostumbrado a succionar los recursos de la Región. Entonces, ¿cuál es la salida? La nuestra debe ser una práctica diferente. ¿Por qué hasta ahora, durante mucho tiempo, con todos los medios de comunicación en contra, Hernán Fuentes sigue creciendo en su gobierno? Porque existe una práctica política diferente de no fomentar el soborno a los periodistas, y, las personas, el pueblo, lo ven y cuando eso sucede, se crea una distancia crítica ante los mensajes de la oposición interesada en asuntos domésticos y personales.

¿Cuál es el camino?¿Oportunistas o revolucionarios?

Creemos mucho en construir fuerzas. El arte de la política es ése, crear fuerzas para hacer en el futuro lo que no se puede hacer hoy. Hay una reflexión sobre quién es el oportunista: aquel que no tiene fuerza y se adapta. El revolucionario es aquel que sabe que no tiene fuerza, pero se sitúa de manera tal que puede crear condiciones para tenerla. Inventa, busca como cambiar la correlación de fuerzas. Son dos posiciones distintas: una conformista, oportunista y la otra, para nosotros, revolucionaria, la que trabaja por construir las fuerzas que permitan alcanzar los objetivos. Se equivocan los que aseguran ser más de izquierda porque dicen discursos muy de izquierda. Decimos más: aquel que quiera ser radical, que trabaje para construir las fuerzas sociales y políticas que se lo permitan. Se lucha creando. Por eso, nos gusta la idea de distinguir entre una izquierda destructiva y una constructiva.

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