lunes, 2 de junio de 2008

NO AL ALANSHOCK

Por: Arturo Muñoz

Alan García, en medio de denuncias innumerables de corrupción y de promesas incumplidas, está preparando un ALANSHOCK económico para que la suba de los precios de los combustibles pase a pagarlos el pueblo peruano. Esto significa un paquetazo de por lo menos 100% de incremento de los precios de los artículos de primera necesidad.

Verdadera o falsa la cifra de la disminución de la pobreza, su publicación es sólo una imperdonable falta de respeto a los pobres, que en cualquier momento su dinero no valdrá nada como pasó el 8 de agosto de 1990 con el FUJISHOCK.

El Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles ya no puede seguir creciendo, pues se prevé que en estos meses el barril de petróleo alcance los US $ 160. Y las refinadoras e importadoras no están dispuestas a seguir recibiendo el pago atrasado de sus utilidades con el dinero de los impuestos pagados por los peruanos, como si tuvieran derecho a ellas.

La APRA está empujando al Perú al abismo como lo hizo entre 1985 y 1990, sólo que ahora el pueblo está con menos capacidad de defensa; porque lo que si es cierto es que el empleo no ha subido y que como bien lo han señalado muchos especialistas las estadísticas estarían totalmente manipuladas; por ello sacaron a Farin Matuk como jefe del INEI, quién estaba implementando un control diario del crecimiento del empleo, del impacto de los programas sociales, que hacía imposible falsear las cifras como lo necesitaba la APRA.

CRISIS DEL FONDO DE ESTABILIZACIÓN

Hace exactamente un año el presidente de Petroperú, César Gutiérrez, pedía S/. 100 millones más para el Fondo de Estabilización, sino los precios subirían. La APRA a diez meses de gobierno continuó compensando a las refinerías para evitar la flotación de los precios de los combustibles; la compensación consistía en pagarles a las refinerías sus utilidades con los impuestos recaudados a los peruanos para que mantengan el precio.

¿De dónde salía el dinero para el Fondo? Verbigracia de cada taxista que en promedio aporta con S/. 25 diarios al fisco al comprar 5 galones de gasolina, al mes la suma es de S/. 750 que se le va en impuestos. Pues la composición del precio de la gasolina es: Precio de Venta de las refinerías o importadoras, más el Impuesto Selectivo al Consumo, más el Impuesto General a las Ventas y más el Impuesto al Rodaje. Además de entregar S/. 30 por el alquiler del auto (si no es propietario). Entonces el taxista para obtener S/. 70 diarios de ganancia en promedio deben trabajar entre 12 y 14 horas diarias. Es decir, 8 horas más de las que labora el presidente de Chile (aún no define su nacionalidad) Alan García, 10 horas más que los congresistas que utilizan la curul para descansar. Y 14 horas más que los empresarios dueños de las empresas Relapasa, Repsol, Hunt Oil, que viven y obtienen fabulosas ganancias sin saber que es trabajo. Lo recolectado de los taxistas entra al tesoro público da la media vuelta y termina en las manos de las empresas refinadoras e importadoras de hidrocarburos.

Esta forma artificial de evitar la suba de los combustibles llegó a su fin cuando el precio del barril de petróleo supero la barrera de los US $ 135, y se proyecta un precio de US $ 160 por barril para fines del año 2008. Y el Fondo ya alcanzó la cifra astronómica de S/. 1.400 millones (alrededor de US $ 500 millones), el costo de dos veces el Proyecto de Irrigación Majes Siguas II, para el cual el gobierno comprometió pero no cumplió con dar US $ 120 millones.

Si el Estado sigue financiando las utilidades de las empresas refinadoras e importadoras de hidrocarburos, en menos de un año habrá perdido un 10% de las Reservas Internacionales Netas que debían dedicarse a inversión pública.

La creación del Fondo no es con el gobierno aprista sino que se cobra vida cuando en Setiembre de 2004, en complicidad entre el Ministro de Energía y Minas Pedro Pablo Kuczinsky Godard y el Ministro de Economía y Finanzas Fernando Zavala, urdieron el Decreto de Urgencia Nº 010-2004, mecanismo de estabilización de precios para los combustibles derivados del Petróleo (Fondo para la Estabilización de Precios de los Combustibles). Cuyo monto fue incrementándose con decretos de urgencia sin poner a discusión del Congreso tal medida, y la verdad que ni este Congreso ni el anterior hubieran sido capaces de presentar una alternativa favorable al Perú.

Si el Perú fuera un país que no tiene petróleo sería un mecanismo aceptado para evitar una explosión social por la suba de los combustibles y la consecuente suba de los demás productos, en especial los alimentos y la energía. Pero el Perú produce el 60% del petróleo que necesita, y a partir del 2004 se explota el gas de Camisea que debe sustituir a los combustibles derivados del petróleo. Entonces ¿para qué siguió funcionando el Fondo? Sencillamente para beneficiar a las siguientes empresas:

- Aguaytía Energy del Perú
- Hunt Oil (propiedad de la familia Bush)
- PetroPerú
- Refinería La Pampilla (Relapasa)
- Manu Perú Holding
- Repsol YPF
- Empresa Eléctrica de Piura
- Pluspetrol
- Tecpetrol (Techint)
- Sonatrach
- SK
- The Mapple Gas Corporation

A excepción de PetroPerú que es propiedad del Estado Peruano, las otras son empresas extranjeras que se han beneficiado con contratos leoninos, donde ellos sólo ganan y el Perú pierde. Por ejemplo, Repsol envía nuestro petróleo a la refinería que tiene en Chile y luego importa gasolina y diesel de Chile para vender en el mercado peruano. Chile sin tener un pozo petrolero nos vende gasolina y diesel gracias a Repsol, pero lo peor es que son importados a precios internacionales; cuando el costo de explotación de un barril de petróleo cuesta en la selva peruana no más de US $ 12, los peruanos pagan como si el petróleo fuera extranjero a US $ 137 el barril.

En vez de anular el contrato con Repsol la APRA, se presume por una muy buena suma que le permitirá a García sostener dos hogares y darles seguridad por varias generaciones (y a otros cientos de apristas), aunque con el mismo cinismo de Fujimori intenta hacer creer que con su sueldo de presidente puede educar a sus hijos. En vez de cortar con Repsol García la compensa para que no suba los precios de los combustibles. Pero el negocio le ha llegado a su fin y el periodo de su gobierno también, al menos es la esperanza de millones de peruanos que nunca salieron de la extrema pobreza o de la pobreza, de los millones de pobres de los que se burlan inhumanamente los técnicos internacionales que han presentado una encuesta nada creíble.

Igual trato humanitario recibe la empresa Pluspetrol que funge de dueña del gas de Camisea y que también le vende al Perú a precios internacionales, cortando la justa aspiración de salir adelante a los millones de peruanos.

La hora de la verdad está por llegar y García anuncia que habrá abastecimiento controlado de los alimentos, anuncia las famosas colas que sólo hacen quienes no tienen el carné aprista para conseguir los alimentos y demás productos. Durante estos dos años se han forrado los bolsillos y los seguirán llenando pues los apristas sabrán en que momento comprar determinados productos para especular, pues tendrán información privilegiada.

MEDIDAS A TOMAR

No cabe duda que la primera medida es denunciar el ALANSHOCK tan grave como el FUJISHOCK, es necesario prevenir a la población de lo que se viene preparando en contra de ella.

Una segunda medida es exigir la anulación de los contratos con todas las empresas dedicadas a la refinación e importación de hidrocarburos.

Entregar a PetroPerú la capacidad para satisfacer las necesidades de combustibles derivados del Petróleo, capacidad que los gobiernos posteriores a Velasco le quitaron.

Exigir la construcción del Gasoducto Sur Andino de forma inmediata, impidiendo la construcción del gasoducto costero que serviría para llevar el gas a Chile.

Exigir la inmediata renuncia del gobierno del APRA, liderado por Alan García por incapacidad manifiesta, corrupción y traición a la Patria al favorecer los intereses de países y empresas extranjeras.

Desmantelar el Plan Aprofascista derogando los decretos leyes que violan la Constitución, como las detenciones arbitrarias, la participación de las fuerzas armadas en los conflictos internos, la judicialización de las protestas sociales, la prohibición de que las autoridades elegidas por el pueblo salgan en defensa de él, etc.

Parar la ola privatizadora neoliberal de los puertos peruanos para entregarlos al monopolio pinochetista Von Appen, la entrega de la selva a las voraces empresas que explotan la madera, derogación de la ley de propiedad comunal que permite la venta de las propiedades de las comunidades con la participación de los que estén (es decir de los comuneros que hayan sido convencidos con regalos), etc.

Organizar a la los trabajadores, campesinos, profesionales pequeños y medianos comerciantes para enfrentar la delincuencia y el crimen organizado; pues la complicidad de la policía y las fuerzas armadas con el narcotráfico es cada vez más evidente, por la cantidad de miembros de estas instituciones que participan en las bandas y por las declaraciones de los principales capos del narcotráfico que pagaban cupos para realizar sus vuelos.

Expulsión de las tropas estadounidenses del territorio nacional.

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